martes, 20 de noviembre de 2012

Ser Feliz….


Podés tener defectos, vivir ansioso y estar irritado algunas veces, pero no te olvides de que tu vida es la mayor empresa del mundo. Solo vos podés evitar que ella vaya en decadencia. Hay muchas personas que te precisan, admiran y te quieren.
Me gustaría que siempre recordaras que ser feliz no es tener un cielo sin tempestades, caminos sin
accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones.
Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros.
Ser feliz no es solo valorizar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza.
No es apenas conmemorar el suceso, sino aprender lecciones en los fracasos.
No es apenas tener alegría con los aplausos, sino encontrar alegría en el anonimato.
Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafíos, incomprensiones y períodos de crisis.
Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista de quien sabe viajar para dentro de su propio ser.
Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas y volverse un actor de la propia historia.
Es atravesar desiertos fuera de sí, mas ser capaz de encontrar un oasis en lo recóndito de nuestra alma.
Es agradecer a Dios cada mañana por el milagro de la vida.
Ser feliz es no tener miedo de los propios sentimientos.
Es saber hablar de uno mismo.
Es tener coraje para oír un "NO”.
Es tener seguridad para recibir una crítica, aunque sea injusta.
Es besar a los hijos, mimar a los padres y tener momentos poéticos con los amigos, aunque ellos nos hieran.
Ser feliz es dejar vivir a la criatura libre, alegre y simple que vive dentro de cada uno de nosotros.
Es tener madurez para decir "me equivoqué".
Es tener la osadía para decir "perdóname".
Es tener sensibilidad para expresar "te necesito".
Es tener capacidad de decir "te amo".
Deseo que tu vida se vuelva un jardín de oportunidades para ser feliz… Que en tus primaveras seas amante de la alegría. Que en tus inviernos seas amigo de la sabiduría. Y, cuando te equivoques en el camino, comiences todo de nuevo. Pues así serás cada vez más apasionado por la vida.
Y descubrirás que… Ser feliz no es tener una vida perfecta sino usar las lágrimas para regar la tolerancia. Usar las pérdidas para refinar la paciencia. Usar las fallas para esculpir la serenidad. Usar el dolor para lapidar el placer. Usar los obstáculos para abrir las ventanas de la inteligencia.
Jamás desistas. Jamás desistas de las personas que amas. Jamás desistas de ser feliz, pues la vida es un espectáculo imperdible. ¡Y sos un ser humano especial!
Autor Desconocido.
La reflexión sobre la felicidad que alguien se inspiró a escribir, no deja de llevarnos a meditar sobre la simplicidad de lo que esta puede realmente ser. Solemos pensar que para ser felices necesitamos que todas las cosas nos salgan bien o que no tengamos problemas con nadie más.
Pero la verdad es otra muy distinta. Podemos ser felices aún cuando las circunstancias no sean las mejores porque, a final de cuentas, la felicidad es un estado o condición del alma que se reconoce bendecida por Dios y demuestra su contentamiento. ¿Y qué de ustedes? ¿Se atreverán a seguir el consejo del pensamiento de hoy?

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Cuando te Sientas Estresado


Hace algunos años fui al doctor porque estaba constantemente enferma. Él me dijo que los síntomas eran el resultado de estar estresada. Estaba durmiendo mal, alimentándome inadecuadamente y exigiéndome más y más -todo en nombre del servicio al Señor-.
La palabra estrés era originalmente un término de ingeniería usado para referirse a la cantidad de fuerza que un balancín, u otro soporte físico, podía sostener bajo presión sin colapsar.
En nuestro tiempo el término estrés ha sido ampliado para incluir la presión mental y emocional.
El estrés es algo normal en la vida de todos. Dios nos ha creado con la capacidad de sobrellevar una cierta cantidad de presión y tensión. El problema se suscita cuando nos esforzamos más allá de nuestras limitaciones, lo que nos puede llegar a ocasionar un daño permanente.
La paz está destinada a ser la condición natural de todo creyente en Jesucristo. Él es el Príncipe de Paz, y en Jesús encontramos nuestra herencia de paz.
Es un don del Espíritu Santo que Él nos da cuando vivimos en obediencia a su Palabra.
La paz que Dios da se manifiesta en tiempos buenos o malos, cuando hay abundancia o escasez. Su paz opera en medio de la tormenta.
Filipenses 4:6-7
No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.

El Árbol Confundido


Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.
Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema: “No sabía quién era.”
“Lo que te falta es concentración”, le decía el manzano, “si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. ¿Ve que fácil es?”
- No lo escuches, exigía el rosal. Es más sencillo tener rosas y “¿Ves que bellas son?”
Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado. Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó:
- No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución. No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas. Sé tu mismo, conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior. Y dicho esto, el búho desapareció.
- ¿Mi voz interior…? ¿Ser yo mismo…? ¿Conocerme…?, se preguntaba el árbol desesperado, cuándo de pronto, comprendió. Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole:
- Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje… Tienes una misión “Cúmplela”. Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado.
Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos.
Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.
Y tu… ¿dejas crecer el roble que hay en ti? En la vida, todos tienen un propósito que cumplir, un espacio que llenar.
No permitas que nada ni nadie te impida conocer y compartir la maravillosa esencia de tu ser.
Pero sobre todo recuerda, jamás podrás conocer el propósito de tu vida si no rindes tu corazón a aquel quién te creo. Conocer a Dios es encontrar el propósito de Dios para nuestra vida.
¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino que en la ley del Señor está su deleite, y en su ley medita de día y de noche!
Será como árbol firmemente plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo, y su hoja no se marchita; en todo lo que hace, prospera. Salmo 1:1-3

domingo, 4 de noviembre de 2012

La Verdad del Fracaso


Fracasar no significa que somos fracasados… lo que sí significa es que todavía no hemos triunfado.
Fracasar no significa que no hayamos logrado nada… lo que sí significa es que hemos aprendido algo.
Fracasar no significa que hemos sido unos tontos… lo que sí significa es que teníamos mucha fe.
Fracasar no significa que nos hemos desgraciado… lo que sí significa es que estuvimos dispuestos a intentarlo.
Fracasar no significa que no tenemos lo que se necesita… lo que sí significa es que necesitamos hacer algo de manera diferente.
Fracasar no significa que somos inferiores… lo que sí significa es que no somos perfectos.
Fracasar no significa que hemos desperdiciado nuestra vida… lo que sí significa es que tenemos una razón para comenzar
de nuevo.

Fracasar no significa que debiéramos rendirnos… lo que sí significa es que debemos intentarlo con más fuerza.
Fracasar no significa que nunca lo lograremos… lo que sí significa es que nos tomará un poquito más de tiempo.
Aún cuando tu caída haya sido desastrosa, recuerda que Dios saca provecho de todo, si con mi corazón humilde, reconozco y me dejo guiar por su mano poderosa.
Dios me libró de caer en la tumba;¡estoy vivo y disfruto de la luz! Job 33:28
Sólo una cosa te pido: si acaso llego a caer, no les concedas el gusto de burlarse de mí. Salmo 38:16
Yo estuve a punto de caer,y poco me faltó para que resbalara. Salmo 73:2


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